La Universidad de Quintana Roo, Unidad Académica Cozumel llevará a cabo talleres para la prevención y reducción de la violencia social en la isla en 5 colonias que reflejen un índice con mayor afluencia de violencia, persiguiendo como objetivo principal el contribuir a la implementación de medidas preventivas de los comportamientos violentos en las 5 colonias de la isla.
Datos recientes demuestran que, sin duda, la violencia entorpece el crecimiento económico y obstaculiza el desarrollo social. No obstante, si bien es cierto que en el país se ha dado este fenómeno de crecimiento en el índice de violencia, lo cierto es que la percepción popular apunta que en Cozumel no existe de manera tan grave o que aun no se puede considerar como un problema de salud pública. Lo anterior debe tomarse con precaución ya que no se ha desarrollado un estudio diagnóstico en este sentido. Inclusive debe considerarse que tal vez la poca o nula percepción de la violencia obedezca a la estigmatización que de ella hacen los medios, a la vergüenza que provoca reconocerla, a que algunos tipos son considerados como socialmente aceptados, a que se desconoce su tipología, etc. Y sus efectos son minimizados porque no tienen los aspectos espectaculares que presentan los medios electrónicos.
La implementación de un programa preventivo de salud no debe esperar a que cunda una epidemia. Más bien uno identifica factores de riesgo y establece estrategias orientadas a reducirlos, es decir actúa antes de que se de el problema o para evitar que tome mayor fuerza.
Es necesario tener en mente tres puntos básicos; Primero, que las consecuencias de la violencia son extremadamente costosas. Segundo, que la prevención resulta más eficaz que la corrección o que la represión. Tercero no es necesario esperar a tener altos niveles de violencia en sus diferentes manifestaciones para implementar programas que lo contrarresten o la prevengan. Todas las actividades previstas por los talleres estarán dirigidos por Maria del Carmen Pérez Ramírez.
Datos recientes demuestran que, sin duda, la violencia entorpece el crecimiento económico y obstaculiza el desarrollo social. No obstante, si bien es cierto que en el país se ha dado este fenómeno de crecimiento en el índice de violencia, lo cierto es que la percepción popular apunta que en Cozumel no existe de manera tan grave o que aun no se puede considerar como un problema de salud pública. Lo anterior debe tomarse con precaución ya que no se ha desarrollado un estudio diagnóstico en este sentido. Inclusive debe considerarse que tal vez la poca o nula percepción de la violencia obedezca a la estigmatización que de ella hacen los medios, a la vergüenza que provoca reconocerla, a que algunos tipos son considerados como socialmente aceptados, a que se desconoce su tipología, etc. Y sus efectos son minimizados porque no tienen los aspectos espectaculares que presentan los medios electrónicos.
La implementación de un programa preventivo de salud no debe esperar a que cunda una epidemia. Más bien uno identifica factores de riesgo y establece estrategias orientadas a reducirlos, es decir actúa antes de que se de el problema o para evitar que tome mayor fuerza.
Es necesario tener en mente tres puntos básicos; Primero, que las consecuencias de la violencia son extremadamente costosas. Segundo, que la prevención resulta más eficaz que la corrección o que la represión. Tercero no es necesario esperar a tener altos niveles de violencia en sus diferentes manifestaciones para implementar programas que lo contrarresten o la prevengan. Todas las actividades previstas por los talleres estarán dirigidos por Maria del Carmen Pérez Ramírez.
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